Desde pequeñ@s nos han enseñado a ser agradecidos y algunas enseñanzas de la infancia no se olvidan nunca. Generalmente escribimos cartas de agradecimiento muy formales, ya sea para dar las gracias por concedernos una entrevista de trabajo, por una recomendación académica, por un trabajo bien hecho o hasta por unas condolencias recibidas.
Pero escasamente se escriben cartas de agradecimiento al amor; algo que en esta oportunidad vamos a hacer porque es fundamental dar las gracias por el amor recibido, por la felicidad, la alegría y por tener el corazón a pleno rendimiento, todo gracias al amor.
¿Quién será el destinatario de nuestra carta de amor de agradecimiento? En contra de lo esperado, esta carta de agradecimiento no irá dirigida a nuestra madre por su amor incondicional, ni a nuestra mejor amiga por su apoyo constante, ni a nuestra hermana por su cariño inmenso, ni siquiera a nuestro novio o novia que consigue estremecernos con solo una sonrisa. Esta carta de agradecimiento tiene un destinatario especial: el amor.
Gracias, amor
Gracias, amor, porque desde que apareciste mi vida entera ha cambiado. Porque desde el primer momento noté sensaciones extrañas dentro de mí, reconocí las famosas mariposas en el estómago, esas de las que habla tanto la gente. También empecé a acostumbrarme a llevar una sonrisa amplia y constante , a ver las cosas desde un prisma más optimista y creer en el futuro.
Gracias porque en cuanto apareciste ante mi pude comprender el significado de las emociones intensas, me recargué con tu fuerza, me llené de ilusiones y me descubrí dentro de este mundo, que hasta entonces había sido hostil. En ese momento entendí cuál era el verdadero motor de mi vida, lo que me impulsaba a seguir adelante.
Gracias, amor, por todos esos momentos inolvidables, por los recuerdos felices y hasta por los que no son tan felices, pero igualmente verdaderos; por las confidencias, por las risas, por las caricias y por los besos.
Gracias también por enriquecerme tanto con tus vaivenes, por mantener mi corazón en forma y por darle un descanso a mi cerebro. Y me gustaría agradecerte, amor, que me hayas enseñado a compartir, a dejarme llevar y mostrar lo mejor de mí. Pero sobre todo, te doy las gracias por enseñarme a ser feliz. Gracias amor.
De corazón
Fuente: Diariofemenino.com
"De todo lo q me da Dios pan de cada día, trabajo a mi mamá trabajo a mi papá"
Anahi Maciel, Bolivia